Un enfoque para la innovación y el intercambio de ideas es sentarse a esperar a que la musa de la inspiración aparezca, esperar a que se pose sobre su hombro y dicte lo que usted debe hacer.
La otra opción es buscar la inspiración, desear que aparezca, entrenarla para que llegue a tiempo y bajo una orden propia.
El primer método favorece nuestros temores. Después de todo, si no está inspirado no es culpa suya, no es su culpa si usted no hace nada notable. Ey, yo no tengo buenas ideas, no puede esperar a que hable si no tengo buenas ideas ...
El segundo método reta el miedo y anuncia que ha abandonado la resistencia y está preparado para zarpar. Su primera idea podría no ser tan buena, o incluso su segunda o su décima, pero una vez comienza este ciclo, empieza a hacer la diferencia.
Un ejemplo sencillo: cree un blog y publique una vez al día sus ideas sobre cómo su compañía favorita podría mejorar sus productos o servicios. Hágalo todos los días durante un mes, una nueva idea con acciones concretas cada día. A las pocas semanas usted notará el cambio en la forma que encuentra, procesa y genera nuevas ideas.
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